Cuando asumió Alberto Meyer, desde un primer momento, entre tantas otras preocupaciones que debía prestar atención por la pésima situación del club heredada, tuvo siempre en mente, la idea de poder recomenzar las obras del proyecto inicial del traslado del estadio. Estas, se encontraban totalmente paralizadas desde hacía ya un tiempo bastante prolongado. Hay algo clave : el contrato de fideicomiso tiene vigencia hasta el próximo 13 de diciembre de este mismo año. Por lo tanto Meyer, consideró como una de sus prioridades, resolver esta situación.
Por eso, ni bien pudo, se puso en contacto con la gente de la constructora “Bautec”, la encargada de llevar adelante dichas obras. Comenzaron allí, arduas y complicadas negociaciones. Estaba todo muy trabado, agravado por la desidia y la dejadez de la gestión anterior. Finalmente, apelando al sentido común, y a la muy buena aptitud para llevar adelante negociaciones complejas de parte del Presidente, se arribó a un acuerdo que satisfizo a ambas partes. Y allí, sin mas trámites, se acordó el inmediato reinicio de las obras, que consisten en primer lugar, la finalización de la segunda etapa, para poder luego, si, ya poder tomar posesión formal y legal de la misma. A continuación, se comenzaría inmediatamente con la tercera y última etapa de la obra en su totalidad. De ese modo, ya se está trabajando en el reemplazo del alambre que fuera levantado a alrededor de la pileta y del “Gimnasio Rafael Grosso”, por un paredón perimetral, como el que ya existe en otros sectores de Nuevo Francisco Urbano. Luego, se abocarán a los locales comerciales, que estarán sobre la Avenida Hipólito Yrigoyen, mejorándose, ademas, las divisiones, pisos, cerramientos y baños. Lo siguiente, sería la construcción del hotel y pensión que está previsto en la última etapa del proyecto original, aunque la gente, lo que mas aguarda ansiosamente, es la construcción del Mini-estadio cubierto.
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