sábado, 23 de enero de 2021

MORON CAYO CON RIESTRA Y SE DESPIDIO DEL SUEÑO DE PRIMERA. EL GALLO ESTUVO MUY FLOJO EN UN PARTIDO MALO Y PAREJO QUE ESTABA PARA CUALQUIERA. GANO EL QUE EL QUE ACERTO UNA VEZ


Las ilusiones estaban. En los hinchas y en los jugadores. A pesar que Morón ya hacía rato que no jugaba bien. Y como no iban a estar esas ilusiones, si Morón, aún jugando mal, muy difícilmente era superado en ninguno de los partidos jugados en este lapso del torneo. Es decir que el nivel general de los equipos en esta instancia era muy parejo y no había ninguno que sobresaliera, por lo que, al menos a esta....... SIGUE >>>> altura, cualquiera podría llegar a estar ahí, en la final, por el premio mayor. Pero no pudo ser, y Morón pagó caro su falta de identidad de equipo, y no tuvo ni fuerza, ni ideas ni fútbol como para aspirar a mas.

El partido : Este partido con Riestra, no varió demasiado al jugado con Dálmine, en el que allí, si, fue Morón quien tuvo, aunque agónico, un acierto para ganarlo. Esta vez, el acierto fue de su rival, y el Gallo debió resignar sus chances. En la primera etapa todo fue muy parejo, pero trabado, con escasas situaciones claras de gol, tan solo una por cada bando. Poco, muy poco de D'angelo y de Guaycochea, que serían los generadores de fútbol, y muy marcados Villalba y Gissi, que no pudieron nunca, tampoco, hallar huecos en la dura defensa de Riestra. Lo que si, se destacó mas en esta primera mitad, fue la dureza con que se jugó, destacándose en esto, Riestra, que utilizó la pierna fuerte excedida en mas de una ocasión. Sorpresivamente, en la segunda mitad, un par de cambios realizados en el equipo de Szerurack le dio resultado, ya que Morón, en ese lapso se vio superado, y fue allí, donde Riestra encontró su acierto, en un centro llovido, que no parecía tener mayores consecuencias, metió la cabeza Gómez, y desvió no mucho el balón, pero lo suficiente como para que sorprenda a Salvá, y anotar la diferencia. De ahí en mas, murió el partido, porque Riestra resignó toda intención de ataque, y Morón, a pesar de ir e ir hacia adelante, no encontró nunca, siquiera un poco de clarida, como para generar situaciones de riesgo. El tiempo fue pasando, hasta llegar al final, con la defensa de Riestra, cansada de pegar, y rechazar y rechazar, ante un Morón, prácticamente resignado a no acertar, por su total falta de claridad y de ideas.



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