El Gallo tuvo el festejo mas grande. Tuvo la Copa oficial de AFA. Tuvo la vuelta olímpica. Y tuvo un amargo espectador de lujo : Almirante.....
El partido ? : un intrascendente 0 a 0
Como iniciar este comentario ?. Se hace muy difícil hablar del partido. Cuesta mucho recordar alguna jugada destacada o no, del partido. * Las imágenes imborrables, como la del Capitán Mayola, a quien se le nota la emoción en su cara, a simple vista, levantando la Copa que le entregó el propio Presidente de AFA, no nos permiten hilvanar un comentario técnico del partido.
* Tampoco, el ver al equipo que ganó con tanta amplitud el torneo, dar la vuelta olímpica, en medio de unas tribunas que explotaban de alegría, pasión, y color, nos permite, siquiera, analizar si el resultado fue justo o no.
* Como tampoco podemos rescatar jugadas importantes, porque como dejar la emoción de lado al ver la entrega de las medallas, y la ovación que bajaba de las tribunas para cada jugador Campeón.
* Y verlo al Presidente del club, Alberto Meyer, exultante, emocionado, feliz, como todos los directivos que lo acompañaron, jugadores, cuerpo técnico, y allegados, saltar, abrazarse, cantar..... verlos, es una imagen que no te va a dejar recordar otra cosa, como por ejemplo, este partido, que encima no tenía la importancia de que los tres puntos en juego, fueran imprescindibles.
* Otro elemento que no colaboró para escriir del partido, y si, resaltar la fiesta, fue el desfile de las distintas actividades que obtuvieron logros, como ser, por ejemplo, las Gallitas del fútbol femenino que también lograron el ascenso, en un año inolvidable, que quedará en la historia del club mas grande del Oeste.
* El martes 20 de Junio, encima día del Cumpleaños del Gigante del Oeste, dejó imágenes que quedarán en la mente de los hinchas de Morón por siempre. Este martes 20 de Junio, y esta jornada inolvidable, será recordada por la fiesta impresionante que preparó el Club y la gente, nunca por un partido que se tuvo que jugar para cumplir con el fixture, y que a Morón, ni le sumaba, ni le restaba, mas que, quizás, solo no ceder en un clásico. En cambio, su rival, que quedó a 14 puntos del Gallo, una distancia enorme, tenía que sumar, era imprescindible, porque aún no estaba asegurada su inclusión en el octogonal para el segundo ascenso.
* Y el partido fue eso, uno, el Brown, que quería pero no tanto, ya que se conformaba con no perder, y le servía. Y otro, Morón, que le costó abstraerse al clima de fiesta, y no encontraba la motivación ni la fuerza necesaria para poner todo en pos de los tres puntos. Así, en medio de la intrascendencia terminó el partido en un cero que calificó. Pero esto, a esta altura, es lo menos importante. Lo importante fue la fiesta, el festejo de un mas que merecidísimo e inobjetable Campeón, que dejó en claro durante todo el torneo, quien fue el mejor.