Ser bombero : "No estoy loco, solo que mi realidad es distinta a la tuya. En mi realidad, tu vida está antes que la mía". Es una frase que circula por ahí, relacionada con la actividad de bombero. Como hace pensar y reflexionar. Y que bien, en este caso, para entender porque murieron estos dos, ahora héroes, bomberos, que perdieron su vida en el incendio, seguido de explosión, ocurrido en SIGA >>>>>>
Villa Crespo. "En mi realidad, tu vida está antes que la mía", y por actuar pensando en eso, encontraron la muerte, seguramente. Abnegados, sacrificados, voluntariosos, los bomberos se la juegan permanentemente y enfrentan el peligro con un valor único. Pero para eso se preparan, y eso es lo que tienen por convicción : salvar vidas, poniendo en riesgo la suya. Por eso, se les reconoce tanto, y por eso, todo homenaje, siempre, será justo y, seguramente, insuficiente.
Quien era Vázquez : Uno de ellos, Ariel Gastón Vázquez, era vecino de la zona oeste, vivía en Hurlingham. Se desempeñaba como jefe operativo en el Cuerpo de Bomberos y director de la Compañía de Planeamiento Desarrollo y RRHH de Bomberos de la Ciudad. Tenía dos hijos varones, de 16 y 19 años, y era fanático de San Lorenzo. Estudió en la Universidad de Morón y también, cursó en el Instituto Profesional de Enseñanza Superior (Seguridad e Higiene Laboral), además de estudiar en el Liceo Militar de San Martín.
El último adiós : Familiares, y amigos de Ariel Gastón Vázquez le dieron el último adiós en Morón, en una cochería ubicada frente mismo del Cementerio de Morón, donde posteriormente fue enterrado. A la sala de velatorios de la cochería Pache, solo podían ingresar en grupos de a cinco, para cumplir con el protocolo correspondiente. Una vez, finalizado el velatori, poco mas de las 11 de la mañana, el cortejo fúnebre pasó por el cuartel de Bomberos de Morón, ubicado sobre la avenida Hipólito Yrigoyen, para luego ser trasladado a su última morada, en el Cementerio Municipal. A la misma hora, en que culminó el velatorio, personal de la Policia de la Ciudad, y colegas bomberos de los distintos cuarteles de cada localidad, hicieron sonar sus sirenas, y un cerrado aplauso, se dio por varios minutos. Desde el Gobierno de la ciudad, se emitió un comunicado, permitiendo que el personal que se encontrara en servicio, pudiera interrumpir sus funciones, y homenajear a los dos caídos en cumplimiento de su deber.
Villa Crespo. "En mi realidad, tu vida está antes que la mía", y por actuar pensando en eso, encontraron la muerte, seguramente. Abnegados, sacrificados, voluntariosos, los bomberos se la juegan permanentemente y enfrentan el peligro con un valor único. Pero para eso se preparan, y eso es lo que tienen por convicción : salvar vidas, poniendo en riesgo la suya. Por eso, se les reconoce tanto, y por eso, todo homenaje, siempre, será justo y, seguramente, insuficiente.
Quien era Vázquez : Uno de ellos, Ariel Gastón Vázquez, era vecino de la zona oeste, vivía en Hurlingham. Se desempeñaba como jefe operativo en el Cuerpo de Bomberos y director de la Compañía de Planeamiento Desarrollo y RRHH de Bomberos de la Ciudad. Tenía dos hijos varones, de 16 y 19 años, y era fanático de San Lorenzo. Estudió en la Universidad de Morón y también, cursó en el Instituto Profesional de Enseñanza Superior (Seguridad e Higiene Laboral), además de estudiar en el Liceo Militar de San Martín.
El último adiós : Familiares, y amigos de Ariel Gastón Vázquez le dieron el último adiós en Morón, en una cochería ubicada frente mismo del Cementerio de Morón, donde posteriormente fue enterrado. A la sala de velatorios de la cochería Pache, solo podían ingresar en grupos de a cinco, para cumplir con el protocolo correspondiente. Una vez, finalizado el velatori, poco mas de las 11 de la mañana, el cortejo fúnebre pasó por el cuartel de Bomberos de Morón, ubicado sobre la avenida Hipólito Yrigoyen, para luego ser trasladado a su última morada, en el Cementerio Municipal. A la misma hora, en que culminó el velatorio, personal de la Policia de la Ciudad, y colegas bomberos de los distintos cuarteles de cada localidad, hicieron sonar sus sirenas, y un cerrado aplauso, se dio por varios minutos. Desde el Gobierno de la ciudad, se emitió un comunicado, permitiendo que el personal que se encontrara en servicio, pudiera interrumpir sus funciones, y homenajear a los dos caídos en cumplimiento de su deber.
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