Morón fue todo corazón, y con mucha actitud, supo como vencer y superar al puntero, sin dejar la mas mínima duda, y de paso, no perderle pisada en la lucha por la primer posición, que es la que permite jugar una final por el primer ascenso. Era un partido....... SIGUE > clave, porque estaban en juego 3 puntos, sumamente valiosos, tanto para el puntero Barracas, como para el Gallo, que busca mantenerse ahí, dentro de los equipos que clasifican para el reducido, y expectante para ver, si se da la posibilidad, nada imposible, de pegar el golpe, y atrapar la punta.
Cada vez resta menos para el final del torneo, tan solo quedan 11 fechas (ya se jugaron 23), y Morón está demostrando que tiene con que pelear, que tiene méritos como para estar prendido, y que, si logra mejorar de visitante, con una cierta regularidad, todo puede ser, mas aún si se tiene en cuenta que tampoco hay ningún equipo, no hay uno solo que tenga puesto el cartelito de "candidato".
El partido : Esta vez Morón, encaró el partido de forma diferente, a lo que venía sucediendo cuando lo hizo de local. Quizás por propia estrategia, o porque su rival lo obligó, pero el Gallo en este partido, se paró como para jugar de contra, y explotar el contragolpe. Y por supuesto que le salió bien. Muy bien, diríamos. Porque si bien es cierto que supo a que jugar, aunque no tuvo un juego lúcido, y ni tampoco contó con muchas situaciones de gol, si, tuvos las mejores, y el resultado, por ello, se ajusta a lo visto en el campo de juego. Su rival, Barracas, por el contrario, pese a intentar atacar y buscar acercarse al arco muy bien defendido por Bruno Galván, nunca logró quebrar a una defensa sumamente firme y sólida, inexpugnable, como no se la había hasta ahora. Morón era mas directo, Barracas daba mas vueltas, y por eso, de los dos, el Gallo tenía mayor penetración, hasta que llegó el penal, muy bien ejecutado por Gastón González. El partido no cambió mucho de tónica, y se siguió viendo, pese a atacar menos, a un Morón mas cerca de aumentar la ventaja, que Barracas de llegar al empate. Y así fue, por un contragolpe aprovechado al máximo por Orozco, que le dejó servido el balón a Zárate para que aumente su cuota goleadora. De ahí al final, todo igual, un Barracas intentando pero chocando con una defensa sin fallas, y un Morón, que, concentrado y con una actitud encomiable, peleó y luchó cada pelota, como si fuera la última, para arribar, sin verlo peligrar, a un triunfo que pasó a ser de los mas festejados del campeonato.
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