Morón no encontró nunca su juego ante Flandria. Los silbidos finales demostraron el fastidio de la gente. FOTO : Osvaldo Abades. |
Venir de una goleada, como la sufrida ante Atlanta, y jugar de local, ante Flandria, un rival inferior, y jugar como jugó, es ni mas ni menos que defraudar y decepcionar totalmente una vez mas. De allí que la silbatina con que fue despedido el equipo son justificados. La pobreza que se vio en su juego a lo largo de los 90, no fue otra cosa que una reafirmación del mal momento por el que atraviesa Morón. No pudo imponerse, ni mostarse superior en la cancha, ni siquiera cuando se puso 1 a 0. Hasta le empataron asi, y encima, estando con un hombre de mas. Un panorama para nada positivo : con un equipo en donde cuesta encontrar alguna figura, donde falta juego, donde no hay actitud, y con problemas externos (cinco meses de atraso en los sueldos). Cuesta tener confianza, hay que hacer esfuerzos para tener fe, pero bueno, aún queda algo : aferrarse y apelar a esa famosa frase : "lo último que se pierde es la esperanza".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario