CRONICA DE UNA NOCHE INOLVIDABLE : El 6 de Junio del 2017 Deportivo Morón venció a Platense por 2 a 1 en el Nuevo Francisco Urbano. Un partido y su resultado. Un partido cualquiera ?. Un resultado mas ?. De ninguna manera. Ese resultado y ese partido quedarían en la historia. En ese partido, y con ese resultado, el Gallo lograba lo que hacía 27 años se le negaba. En esa fría noche, Morón, se consagraba Campeón de la B, y alcanzaba el ansiado ascenso al Nacional B. Morón volvía a ocupar un lugar archi-merecido, porque Morón es un grande, un grande de verdad, de categoría "A", indudablemente. Por la enorme de cantidad de gente que convoca, por su estadio, por su historia. Si a todo eso le agregamos que hacía 27 años de la última vez que había salido Campeón, y que hacía 17, del descenso a la "B", permaneciendo todo ese tiempo, en una categoría que, a la vista de cualquiera, le quedaba chica, muy chica.
El Gallo, coronó así, una excelente campaña, con 10 puntos de diferencia al segundo. Y ese partido decisivo lo ganó con autoridad, con autoridad de Campeón. Con un gran primer tiempo que tuvo muy buen fútbol. Con un golazo espectacular del Rengo Díaz. Con otro gran gol del Bicho Rossi, tras gran jugada colectiva. Y con un segundo tiempo, que manejó el partido, lo reguló, a pesar de que merecía un tercer gol, y cerrar mas tranquilo el partido.
Pero llegó el final, con el pitazo de Yamil Possi. Y ahí, si, el extasis : la gente explotó y desató su furia, su emoción, y su alegría. Mas de 30.000 almas que acompañaban y vibraron con cánticos campeones, lanzando bengalas, cohetes y agitando pañuelos, banderas, o lo que sea.Y en la cancha, los abrazos interminables de los jugadores. Y de los dirigentes. Y de todo el cuerpo técnico, con un Walter Otta, que se llenó de lágrimas. También se vio al ídolo histórico, Damian Akerman, emocionado, pero mostrando una alegría extra, por haber conseguido lo que le faltaba : ser Campeón. También se vio al Presidente Alberto Meyer, exultante, y explicando a todos, porque el siempre confió, porque siempre aseguró que iba a ascender. Todo, para generar un marco y mil postales impactantes, que quedarán en la historia. Y llegó la ansiada vuelta olímpica, impecable, sin incidentes, y todo el festejo que esperó 27 años. Ese mismo festejo, que se trasladó a los vestuarios, y luego, a la plaza San Martín, en pleno centro de Morón, donde los hinchas, y familias enteras festejaron interminablemente hasta altas horas de la madrugada.
Todo esto no lo consigue cualquiera, lo puede conseguir solo un grande, un grande como Deportivo Morón, que vuelve, que debe recuperar su lugar, que piensa en un futuro mas grande aún, un futuro "de Primera". Honor y Gloria para todos los que, de una manera u otra, que aportando un poco mas, o un poco menos, tuvieron que ver con este logro memorable, que ya forma parte de la mejor y mas rica historia del Club.
El Gallo, coronó así, una excelente campaña, con 10 puntos de diferencia al segundo. Y ese partido decisivo lo ganó con autoridad, con autoridad de Campeón. Con un gran primer tiempo que tuvo muy buen fútbol. Con un golazo espectacular del Rengo Díaz. Con otro gran gol del Bicho Rossi, tras gran jugada colectiva. Y con un segundo tiempo, que manejó el partido, lo reguló, a pesar de que merecía un tercer gol, y cerrar mas tranquilo el partido.
Pero llegó el final, con el pitazo de Yamil Possi. Y ahí, si, el extasis : la gente explotó y desató su furia, su emoción, y su alegría. Mas de 30.000 almas que acompañaban y vibraron con cánticos campeones, lanzando bengalas, cohetes y agitando pañuelos, banderas, o lo que sea.Y en la cancha, los abrazos interminables de los jugadores. Y de los dirigentes. Y de todo el cuerpo técnico, con un Walter Otta, que se llenó de lágrimas. También se vio al ídolo histórico, Damian Akerman, emocionado, pero mostrando una alegría extra, por haber conseguido lo que le faltaba : ser Campeón. También se vio al Presidente Alberto Meyer, exultante, y explicando a todos, porque el siempre confió, porque siempre aseguró que iba a ascender. Todo, para generar un marco y mil postales impactantes, que quedarán en la historia. Y llegó la ansiada vuelta olímpica, impecable, sin incidentes, y todo el festejo que esperó 27 años. Ese mismo festejo, que se trasladó a los vestuarios, y luego, a la plaza San Martín, en pleno centro de Morón, donde los hinchas, y familias enteras festejaron interminablemente hasta altas horas de la madrugada.
Todo esto no lo consigue cualquiera, lo puede conseguir solo un grande, un grande como Deportivo Morón, que vuelve, que debe recuperar su lugar, que piensa en un futuro mas grande aún, un futuro "de Primera". Honor y Gloria para todos los que, de una manera u otra, que aportando un poco mas, o un poco menos, tuvieron que ver con este logro memorable, que ya forma parte de la mejor y mas rica historia del Club.