El velatorio en la Casa Rosada : Así, transcurrido el impacto causado, llegó el momento de la despedida, de darle el último adiós. Que se lo brindaran su familia, sus seres queridos, y amigos, era algo que se descartaba, obviamente. Pero, teniendo en cuenta que aún se viven tiempos de pandemia, con contagios y fallecidos, aún, en cifras importantes, si, surgían algunas dudas, en cuanto a si su velatoria, tendría algún alcance para que la gente tuviera acceso. Y el Gobierno, lo decidió muy rápidamente. Decidió, tras habérselo ofrecido a la familia, que este se haga en la propia Casa Rosada, incluso anunciando, que seguramente concurrirían mas de un millón de personas, cuenta habida, de la idolatría que siempre despertó Maradona. Pero se siguió adelante con la idea, hasta anunciada por el propio Presidente, y no se tuvo en cuenta, en absoluto, los riesgos, por la aglomeración de gente, que desde un primer momento, se sabía y se conocía. Fue así, que el multitudinario velorio de Diego Maradona en la Casa Rosada, con interminables colas de hinchas, iba transcurríendo en un clima de mucha congoja, desazón, pero a medida, que transcurrían las horas, se podía percibir, alguna preocupación, ante un clima, afuera, que se mostraba algo tensionante. Esa tensión fue creciendo, porque cada vez, llegaba mas gente.
- Los graves incidentes : Y todo eclosionó, cuando llegó la hora de cerrar la fila de ingreso, ante la proximidad de la hora (las 16 horas), de finalizar el velatorio. Y fue en ese mismo momento, cuando la situación se desbordó por completo, y se produjeron graves incidentes entre fanáticos y efectivos de la Policía. Se generaron, primero, empujones, y luego, si, ya un enfrentamiento durísimo, con piedrazos, corridas en toda la zona. Los hinchas, desbordaron a las fuerzas de Seguridad, que no pudo controlar la situación, a pesar de repeler el ataque con balas de gomas. El desborde fue de tal magnitud, que hasta la Casa Rosada, fue tomada por estos hinchas, y el pánico, atrapó, a todos, en su interior, provocando, que los familiares directos de Diego, ordenaran retirar el cajón, para salvaguardarlo, de algún desmán, que pusiera en peligro su integridad. Hasta el propio Presidente, y la Vice-Presidente, debieron guareserse en oficinas contiguas. Afuera, los incidentes, no apraban, y los hinchas, permanecían colgados de las rejas de la Casa de Gobierno, y copando la PLaza de Mayo en su totalidad. Con el transcurrir de las horas, y en medio de un clima de total tensión, la familia decidió dar por finalizado el velatorio, a pesar que el Gobierno, un tanto en forma inexplicable, deseaba reanudarlo y continuar. Mas allá de algunos detenidos y heridos, la situación se fue normalizando de a poco, hasta el momento de llevar a Maradona a su última morada. Con esto quedó demostrado, y justificados los cuestionamientos a la decisión de realizar un velatorio, en medio de la pandemia, para semejante cantidad de gente, sobre todo, conocidas las restricciones y prohibiciones, que el Gobierno empleó continuamente, desde el inicio de la cuarentena.
El cementerio de Bella Vista y el final : Fue así, que ya, con todo algo mas tranquilo, y pasadas las 16,30 ingresó el coche fúnebre que trasladaría los restos del ídolo fallecido. Su destino sería el cementerio privado de Bella Vista, donde estaban enterrados sus padres, Doña Tota y Don Diego, fallecidos en 2011 y 2015, respectivamente. La tensión pareció, ya desaparecer definitivamente, cuando partió el cortejo fúnebre. Tomó la autopista 25 de Mayo, y continuó por el Acceso Oeste, para tomar la autopista del Buen Ayre, recibiendo en todo el trayecto, a su paso, numerosas muestras de afecto, de gran cantidad de gente que invadió los costados de la autopista. Finalmente, Diego quedó en su última morada, para su descanso eterno, en medio de una breve ceremonia muy íntima, de la que participaron sus familiares directos, y algunos amigos.
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