Morón tuvo una pésima tarde en Caballito. Una goleada difícil de digerir, y mas aún, por la imagen de un equipo sin reacción, entregado, y con un desorden generalizado que llamó la atención. Por eso, se esperaba este partido, con Chicago, muy especialmente, con mucha expectativa. No solo por tratarse del clásico rival, sino, justamente, par ver si el equipo mostraba otra cara, otra actitud. Y el equipo fue otro. Con mucha fuerza, a pura garra, y ejerciendo una gran presión en todo los sectores de la cancha, Morón, en el primer tiempo, fue ampliamente superior a un Chicago sorprendido y totalmente desbordado por tanto ímpetu. El Gallo sacó la ventaja mínima, al aprovechar Nico Ramírez un regalo defensivo que le obsequiaron entre el arquero y un defensor de la visita. Había un solo equipo en la cancha, y era el hoy, aguerrido Morón. No estiró la ventaja, porque conocido es que al Gallo le falta gol, y hoy, se volvió a sentir, ya que ante el mal momento de sus puntas, hoy jugó sin delanteros en cancha, porque Mendieta y Ramírez no lo son, por mas que jueguen bien o muy bien. Asi se fue esa primera etapa en la que Morón, sin dudas merecía mas. Pero en el segundo tiempo, Chicago salió mas decidido, a pelearle la supremacía a Morón, y tuvo la suerte también de encontrar el empate muy pronto, al aprovechar también un error defensivo del Gallo, uno de los pocos que tuvo estar tarde. Todo fue mas parejo, y ambos tuvieron sus chances para desnivelar, pero el empate no se modificó. Por eso, afirmamos, que Morón mereció mas, porque si contabilizamos un segundo tiempo parejo, en el primer tiempo fue muy superior. Esta vez no se le pudo dar la alegría máxima a su gente, que copó una vez mas el Urbano, pero si el equipo sigue en este camino, con esta mima actitud, asi, se podrá, seguramente, cumplir con el objetivo de esquivar la amenaza del bajo promedio.
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