Ya concluyó la jornada de paro y movilización que convocaron los gremios de los Moyano junto a las dos CTA, y algunas organizaciones sociales, pero que no contó con el apoyo de la CGT. En Morón, como en casi todo el oeste, el paro nacional tuvo un bajo impacto. La actividad en la ciudad fue prácticamente normal, sobre todo se notó porque el transporte, tanto trenes, la línea Sarmiento, como colectivos, (principalmente, la 216, que tiene la mayor cantidad de ramales) funcionaron en forma, prácticamente normal. Al prestar, el transporte, servicios con normalidad, permitió que los trabajadores de los diversos rubros, los comerciantes y demás trabajadores no tuvieron mayores inconvenientes para movilizarse. El comercio abrió sus puertas, casi en su totalidad, lo que se pudo corroborar en el centro comercial, donde tan solo 1 de cada 10, no levantaron sus persianas, tras una recorrida por las principales calles, como ser Rivadavia, Brown, Belgrano, 9 de Julio, Buen Viaje, y San Martín. La gente, aunque no en gran número, pudo realizar sus compras, sin impedimentos. Las confiterías, bares y restaurantes, funcionaron en plenitud, y tuvieron buena concurrencia de clientes. Los kioscos, pese a los anuncios, abrieron y atendieron al público. Los sindicatos docentes se sumaron al paro, y el efecto fue que en las aulas se registraron las ausencias correspondientes. Otro rubro en el que se sintió la huelga fue en la actividad bancaria, ya que todas las entidades, si bien no estuvieron cerradas, tuvieron una actividad casi nula, al no prestarse la atención al público, y tan solo, algunas personas, se acercaron a efectuar operaciones en los cajeros. También el oeste dio la nota, al ser, en el aeropuerto de El Palomar, donde se registró la única actividad al cumplirse con los vuelos programados. En el orden general, tanto en CABA, como en el resto del Conurbano, el panorama fue muy similar, quizás, con algún acatamiento mayor, en la zona sur, por haberse plegado al paro, mas líneas de colectivos, que dificultaron movilidad para la gente. En lo que respecta al interior del país, el paro se sintió mucho menos aún, salvo la excepción de alguna provincia, la actividad fue casi un calco a lo visto en Buenos Aires, con algún que otro matiz diferente, según la provincia. La violencia y la barbarie, infaltable ante cada paro general, esta vez, tuvo su epicentro sobresaliente, en la previa, cuando se incendiaron cuatro colectivos. También hubo algunos episodios de violencia sucedidos antes y durante la marcha convocada en Plaza de Mayo, que arrojó un saldo con 39 detenidos, en su mayoría, apresados por actos intimidatorios.
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