El soteramiento del Sarmiento llegó a Capital. Sin embargo ahora la obra se tuvo que frenar por falta de financiamiento. Se trata del proyecto mas polémico de los últimos años

Llegó a Capital : La tuneladora que se encarga de soterrar el ferrocarril Sarmiento ya llegó a la Capital, y cruzó la General Paz. La extensión del túnel ya supera los 7 mil metros lineales de excavación. La obra, que comenzó en la estación de Haedo, se estima que, según el ministerio de Transporte, podría estar concluida para el año 2022. Si esto se concreta, los beneficios que traería tan importante obra, serían tales, como por ejemplo, la eliminación de 52 barreras que, a lo largo de todo el trayecto, soportan el paso a diario 20.000 vehículos. Además, se aumentarán las frecuencias, ya que habría trenes cada 3 minutos en hora pico a diferencia de los actuales 10 minutos. Por ello, los pasajeros podrían acortar su tiempo de viaje entre Once-Moreno en unos 25 minutos.
Pausa en la obra : El Soterramiento del Sarmiento lleva una larga y muy controvertida historia. La administración anterior, bajo el Gobierno Kirchnerista, había anunciado repetidas veces la obra, nada mas y nada menos que, al menos en seis oportunidades. Sin embargo el único avance concreto había sido la instalación de la tuneladora, que nunca llegó a funcionar. Es decir, que recién después de cuatro años, tras ser instalada por Florencio Randazzo, entonces ministro de Interior y Transporte, durante el gobierno de Cristina Kirchner, arrancó la máquina, durante la gestión del actual Gobierno. Así, la obra se revitalizó, y avanzó desde Haedo, primero hasta Ramos Mejía, luego hasta Ciudadela, y ahora ya había llegado hasta Liniers, a la Capital, pero ahora se supo de nuevos inconvenientes en su financiación, y el soterramiento, una vez mas, se frenó. Restricciones presupuestarias, llevaron al Gobierno decidir poner una pausa. Como consecuencia de ello, se debió suspender a más de 100 trabajadores, cuya función era la excavación del túnel, que ya lleva 7 kilómetros soterrados, y cuya extensión total son 18 kilómetros.  También se frenó la fabricación de los anillos de cemento (dovelas) para el túnel, sin embargo, desde el Gobierno anunciaron que la obra no se frenará por completo, y que se continuará trabajando en la parte ya excavada. El proyecto estuvo avanzando gracias al aporte del dinero proveniente del fideicomiso Sifer, destinado a obras de infraestructura para el sector ferroviario. Ahora, se está tramitando un préstamo con un banco italiano para aportar al consorcio a cargo de las tareas. En un primer momento, quien iba a financiar el soterramiento, era el Banco de Desarrollo de Brasil (BNDS), pero no se pudo concretar por el sonado caso de corrupción que tuvo como protagonista a Odebrecht.