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LA PREVIA : Deportivo Morón tiene una particularidad : en las mas difíciles, pero esas bien difíciles, que va de punto, digamos, enfrentando a equipos que son de Primera, se agranda. No siempre ganó, pero si tiene en su historial, recordados triunfos, como ante el mismo San Lorenzo, con Rácing, ante Estudiantes, con Rosario Central, obteniendo incluso, en cada una de esas oportunidades, quedarse con el invicto del adversario. Esta vez, debía enfrentar por la Copa Argentina, a uno de los considerados cinco grandes por la Copa Argentina, un rival con el que se había encontrado ya en tres ocasiones, y nuca el Ciclón de Boedo había podido superar al Gallito. Y esta vez, no solo, tampoco pudo, sino, que perdió, y se fue eliminado, pasando Morón a los a los octavos de final. El gol de Leandro Guzmán a cinco minutos del final, actuó como un baldazo de agua fría o mas bien, helada, para el azulgrana, y por el contrario, en el Gallo produjo un alborozo desenfrenado, con sabor a Gloria, a tocar el cielo con las manos.
EL PARTIDO : San Lorenzo fue un claro dominador en los primeros minutos del partido, y atacó en forma continua. Morón se mostró muy cauto, se paró bastante retrasado y con cautela. Parecía sentir la exigencia de la pre-temporada, demasiado reciente como para jugar un partido en serio, por los puntos. Sin embargo, San lorenzo, no logró en esos minutos, comprometer al arquero Salvá. Excepto, dos jugadas en las que dos claros offside frustró un par de goles que no lo fueron, justamente, por esa razón. Fueron pasando los minutos, y ese dominio de San Lorenzo fue perdiendo intensidad, y Morón, empezó a alternar el dominio en el medio, gracias al manejo del Rengo Díaz, y a, por lo menos, igual que su rival, a aproximarse al arco de enfrente, con amagos de peligrosidad. En el segundo tiempo, el Gallo, fue confirmando lo que se venía viendo sobre el final del primero : la confianza cada vez mas acentuada, y se animó..... y se animó, sorprendiendo al dubitativo fondo azulgrana. Asi fue, como en dos oportunidades tuvo el gol a su merced. La primera, un tiro de larga distancia que el el arquero del Ciclón, manoteó por arriba del travesaño, y la segunda, cuando Mayola quedó solo para ajusticiarlo, pero el defensor, sin tener la actitud de un delantero, lo perdonó con un tiro muy anunciado. El partido transcurrió, casi todo el segundo tiempo, con el equipo de Walter Otta haciendo mejor las cosas, y el de Diego Aguirre, entrando en cierta desesperación, al ver que todo se le complicaba mas de lo que se imaginaba, siendo lo suyo solo tan solo arrestos confusos. Por el contrario, el gallo golpeaba mas justo, y mejor. Un tiro del debutante Maxi Brito que besó el palo, y no fue gol de casualidad, preanunciaba el final. Si, ese final glorioso y espectacular para todo Morón. Faltaban cuatro minutos, y el Chaco Guzmán aprovecha una defensa mal parada y, tras un enganche, sacó un remate muy bien colocado, que se le coló en el palo derecho al arquero Navarro. Fue la locura para todo Morón, gente, y jugadores. Faltaba muy poco, y había que mantener esa diferencia para pegar el grito final. Y con un San Lorenzo, ahora desesperado de verdad, atacando a lo ciego, y sin comprometer a la firme defensa del Gallo. Llegó el pitazo final y se consumó el golpe, durísimo para el grande del fútbol argentino, y glorioso para el Gallo corajudo, para el Campeón, que sigue brindando alegrías y emociones a sus hinchas, con capítulos que serán imborrables e inolvidables para su gente.
LA GENTE Y LO QUE DEJO : Es reiterativo, pero lo de la gente, siempre es espectacular. Ya se sabía, era esperable, que los hinchas del Gallo coparan la Fortaleza de Lanús. Desde días antes, ya los preparativos, hacían presagiar que Morón no se sentiría visitante, ni siquiera ante uno de los grandes del Fútbol Argentino. Preparativos para que la caravana que partiría del oeste, con colectivos, combis y autos, fuera en masa hacia el sur. Y asi fue, la hinchada del Gallo, no solo en número estuvo a la altura del equipo de la A, repleto de títulos e historia, sino, que si de aliento hablamos, lo superó con creces. La gente no paró de alentar, y ni que hablar, tras el gol, los festejos fueron conmovedores, y parecían no tener fin. En la cancha, el festejo de jugadores, cuerpo técnico, y allegados, también tuvo esa algarabía que contagiaba. El momento cumbre fue cuando se posó con el cheque de $850.000, algo ya tradicional en la Copa Argentina. La vuelta al Oeste, triunfal, tuvo algunos altercados, pero nada borraría ni la alegría ni la emoción, por el sensacional triunfo logrado. Ahora vendrá Unión, y no Lanús como se esperaba, por los 8º de final de la Copa Argentina. Será cuestión de seguir avanzando y sorprendiendo, algo que al Gallo, cada vez le cuesta menos.