Además de secuestrarla, entraron a su casa y tras cuatro horas de nerviosas negociaciones y pagar cerca de $200.000 la liberaron en Ituzaingó
Una mujer, vecina de Castelar, llamada Cristina, y de unos 50 años, fue interceptada por cuatro delincuentes a las 8:30 de la mañana del jueves 29, en momentos que se dirigía al gimnasio. El marido habló para la TV y contó los detalles del dramático secuestro, explicando que "fue algo al azar pero muy tortuoso". Los delincuentes actuaron rápidamente, y la subieron a un auto, a la vez, que otro de los maleantes huyó con la camioneta Eco Sport que manejaba. La mujer, mientras tanto, fue obligada a indicar el camino para dirigirse a su casa, en Pedro Goyena al 2900, donde se encontraban sus tres hijos. Allí, ingresaron y se apoderaron del dinero, mientras que no se llevaron ni celulares, ni televisores, ni computadoras. Pese a eso, se fueron de la casa, pero llevando otra vez a la mujer secuestrada anteriormente, y comenzaron entonces, con llamados por TE a Walter, su marido, exigiéndole la suma de $500.000. Los llamados se repetían continuamente, y acudían al repudiable método de pegarle cachetazos a la mujer, para que el marido la escuchara llorar. Así, continuaban negociando los secuestradores, pidiendo mas plata, ya que el marido les comunicaba que era imposible reunir lo que ellos pedían. Tras 4 horas de duras negociaciones, con aprietes y amenazas, y en medio de la angustia, convinieron en aceptar la entrega del dinero reunido, unos $200.000. Fue muy cerca del Shopping Plaza Oeste. Luego de esto, la mujer, sana y salva, fue liberada en la zona de Ituzaingó, cercana a San Antonio de Padua.
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