1) Gerardo Martínez ya había lanzado el disparo de emboquillada desde el mismo campo contrario. Se ve la pelota en el aire buscando su destino final. 2) La pelota ya se coló, y es gol de Morón, GOLAZO !!. 3) El arquero resignado, y los jugadores se unirán en un festejo alborozado. |
Por si fuera poco el gran momento por el que atraviesa el Gallo, (no tanto en su juego, pero si en sus números), en la última fecha, pareciera que todos se hubieran puesto de acuerdo, en darle una mano. Porque todos los que estaban arriba peleando con Morón, dejaron puntos claves, y ninguno ganó. Perdió Comunicaciones, perdió Estudiantes, perdió Riestra, y perdió Atlanta, pero claro, con la UAI, y este, por ser el único en sumar de a tres, pudo llegar a la punta. El Gallo está ahí, cada vez mas cerca, se fue acercando a la punta, fecha tras fecha, y ahora, a un solo puntito, hace pensar que, con un partido menos con respecto al puntero, su aparición arriba de todo, es solo cuestión de una o dos fechas. Obviamente, siempre y cuando, esta racha que ya lleva 12 partidos sin perder,no se detenga, aunque todo hace pensar que así será, porque confianza es lo que sobra ahora en el equipo de Walter Otta. El partido con Talleres no fue muy diferente a los casi todos los partidos que Morón jugó de local. Sin lucir, sin mostrar una superioridad abrumadora, pero ganando bien, imponiendo su mayor jerarquía, que a la larga o a la corta, termina siendo un factor fundamental para seguir sumando los puntos necesarios que lo pueden catapultar a la punta. Si bien, dijimos que el Gallo no lució, el que si brilló fue Gerardo Martínez, logrando un gol de aquellos que será muy difícil olvidar: recibió la pelota, y desde, prácticamente el círculo central, le pegó al arco, al haber visto al arquero totalmente adelantado. La pelota, de una emboquillada kilométrica, finalmente se coló en el arco, y el estadio no solo gritó el gol, sino que aplaudió a rabiar semejante gol. Ese golazo fue el que le permitió a Morón pasar arriba en el marcador, cuando el partido aún era parejo. Pero no faltó mucho para que apareciera Pichín Pardo y clavara el segundo. El partido ahí, casi se podría decir que se cerró, porque la impotencia de Talleres lo acompañó hasta el final, y porque como Morón ya estaba conforme, sin grandes sucesos se arribó a un nuevo triunfo de Morón, que sigue disfrutando junto a sus hinchas de este gran momento.
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