UN NUEVO CICLO : Con el triunfo de Alberto Meyer en las últimas elecciones, se inicia una nueva etapa que clausura otra de cuatro años, donde sobraron problemas, polémicas y enfrentamientos. Se verá un Club donde los socios genuinos, de adentro, o de afuera, serán los verdaderos protagonistas, y no habrá mas espacio para discutir por política. Las discusiones, y los disensos deberán pasar, exclusivamente, por motivos solamente relacionados con el Club Deportivo Morón. Con el anuncio de que se revisaría lo actuado durante estos cuatro años, bien estaría rememorar, y recordar como comenzó este ciclo de cuatro años que formó parte de un proyecto político de Sabbatella, pero que fue rechazado y se acaba de despedir tristemente.
HISTORIA DE UN PROYECTO FRUSTRADO : En el 2012, el entonces Diputado Nacional, y ex-Intendente Martín Sabbatella, aún conservaba el poder, y tenía amplia influencia en el Municipio de Morón. Fue así, que convocó a una reunión a los dos candidatos de las listas que se presentarían a las elecciones que debían realizarse en Deportivo Morón. En esa reunión, Sabbatella, cometiendo un exceso de uso del poder que ostentaba, presionó a los candidatos, y poco menos que los intimidó, y advirtió que el Municipio de Morón estaba dispuesto a colaborar con el club, sobre todo en lo económico, pero con la condición de que un hombre del mismo Municipio fuera el candidato que presida una lista de unidad. Ese hombre era Diego Spina, e iría acompañado por algunos otros, que en el caso de Adrián Grana, por ejemplo, jamás participaría de una sola reunión de Comisión Directiva. Lo cierto es que que en 2012 asumió Spina, sin vencer a nadie, ya que se presentó siendo único candidato (cosa que repetiría en 2014, de igual manera). Y los candidatos aceptaron la propuesta, un tanto presionados, y sin estar convencidos, pero a la larga, compartieron la lista de Spina. Figuraron : Meyer (luego, sería el primero en irse), Toschi, Labbozzeta, y otros mas de ese grupo, que para la siguiente elección serían dejados de lado por Spina, quien se rodearía de solo gente incondicional del proyecto político. A partir de ahí, se instaló en el club una gestión que se preocupó mas por introducir la política que en la gestión deportiva e institucional. Los intentos de Nuevo Encuentro, de la mano del Municipio fueron varios, y se utilizó al club, en mas de una oportunidad para que la política partidaria y Deportivo Morón, fueran de la mano, o sean una sola cosa. Basta recordar, por ejemplo, el acto que se realizó por el traslado del estadio, donde vino la Presidenta, y se vio, no se sabe, si por única vez a Sabbatella en la cancha de Morón. Además, se debió soportar que gente, por ejemplo, como Alex Freyre, Estela de Carlotto, Martín Insaurralde, que no tienen absolutamente nada que ver con Deportivo Morón, participaran en el acto central, con ausencia de hinchas genuinos, y de socios vitalicios, por ejemplo. El objetivo, en ese entonces, estaba firme, y había que avanzar, aunque ya muchos socios no veían con buenos ojos, la injerencia de gente ajena al Club. Ahora, bien, que sucedió, o que fue sucediendo. Ese proyecto se podría sostener, solo acompañado de éxitos, de logros, sobre todo en lo deportivo, y eso no llegaba. Allí, la impaciencia de la gente, comenzó a hacerse sentir cada vez mas. La situación se fue complicando progresivamente, sobre todo en lo económico, ya que se empezó a conocer que las deudas eran cada vez mayores, con cheques rechazados incluídos, y Tesorero renunciado. Las obras convenidas por el traslado, se paralizaron, y la situación comenzó a hacerse insostenible. Entonces, Spina, con el agravamiento de que su partido político, Nuevo Encuentro, y su líder, Martín Sabbatella, también cayeron en desgracia, decidió irse, abandonar todo, alejarse de los problemas del club, y dedicarse a su banca de Concejal, que prácticamente, recibió como premio, o regalo. Quedó Sauro, que pretendió, por lo menos, poder seguir funcionando, y continuar, pero quedó claro que el Club ya era casi inmanejable, y el disconformismo con la gestión anterior era tan grande, que el socio, con su voto, los castigó claramente. Hoy, quedó un club con muchos problemas de todo tipo : económicos, con atrasos graves en los sueldos, con obras tremendamente atrasadas, sin éxitos deportivos, y con una ostensible división entres socios, que, por suerte, ahora, parece existir una conciencia de que "Morón es de los socios". Habrá que reconocer, si, que un par de aspectos positivos dejó esta gestión : el incremento de actividades deportivas, que trajeron buenos resultados (sobre todo, el vóley), y algunos jóvenes dirigentes, que si bien, apoyaron ese proyecto frustrado, lo hicieron por sentimiento, con honestidad, y ahora, adquirieron una experiencia, que en un futuro les puede servir de mucho. El club inicia una nueva etapa, será hora que Morón de una vez por todas pueda despegar, ocupar el sitio que merece. El elegido para hacerlo realidad fue Alberto Meyer, por eso, solo esperar que no sea una decepción mas, y desearle la mayor de las suertes, brindarle el apoyo necesario, y preparanos para que todos juntos, ojalá, muy pronto, estemos festejando algún logro, que tanta falta le hace de tantos años, al sufrido hincha del Gallo.
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