Las encuestas son una herramienta iimprescindible en los procesos de medición de la opinión. Si son precisa y justamente elaboradas pueden tener resultados muy aproximados y pueden marcar, por ejemplo, la preponderancia de algún candidato en medio de una campaña. Su aplicación sirve para establecer tendencias y eventuales resultados, por lo que son más eficientes y similares a la realidad en la medida en que se acerca la fecha de las elecciones, al punto que las realizadas a boca de urna suelen ser prácticamente, exactas, siempre y cuando se hubieran realizado con buen criterio y buena fé. En Morón, hay varias encuestas, pero con variaciones en los porcentajes, aunque si, tienen una coincidencia en general, que es sobre quienes podrían llegar a ubicarse en los lugares de privilegio de las próximas PASO.
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Ahora, bien, aparte de la función de escrutar a la opinión se ha constatado que las encuestas pueden, también, colaborar para crear una opinión determinada : la divulgación de sus resultados pueden inclinarla a favor de quienes van "ganando" o al contrario, desanimar a quienes van "perdiendo". Por eso los medios que las divulgan deben realizarlo con la máxima responsabilidad, para ser creíbles. Sin embargo, a raíz de algunos resultados bastante erráticos, en los últimos tiempos, sobraron críticas hacia las encuestas. En Río Negro, nadie pudo anticipar la debacle del candidato del FPV, Pichetto. En Córdoba, casi nadie pudo vislumbrar que el segundo, el Frente del PRO y la UCR, estaría tan cerca del oficialismo. Tampoco que la lista del FPV estuviera tan relegada. Por último, lo sucedido en CABA, y la muy buena performance de Lousteau en el Balotaje, pisándole los talones a Larreta, del PRO, algo no anticipado por ninguna encuesta. Por eso, lo mas conveniente sería, tener muy en claro el margen de error, y advertir que lo único que se puede establecer es la tendencia, o alguna inclinación, que en ningún caso puede ser ni exacta, ni definitiva.
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